El rostro funciona como una tarjeta de presentación: el atractivo físico es un símbolo de salud, de buen desarrollo físico y de bienestar emocional. A pesar de todo, la apariencia agradable a nuestros ojos – principalmente a los de aquellos que nos ven – es más que eso: ¡es con el rostro que nos relacionamos con el mundo! Un rostro atrayente es factor de seguridad psicológica, de mayor probabilidad de suceso profesional y aceptación social y personal, siendo hasta capaz de generar poder sobre nosotros mismos y sobre los que nos rodean.
Deformidades perjudican, no raras veces, la seguridad y confianza de sus portadores. Culturalmente al no prepararnos para tratar con diferencias y/o deformaciones, estas interfieren en el convivio social de su portador por causar cierto malestar y curiosidad.
La Bioplastia correctiva permite tratar de defectos congénitos o adquiridos, pudiendo moldear, en casos seleccionados, líneas y contornos, amenizar marcas y depresiones, cicatrices, atrofias, pérdidas y falta de volumen y asimetrías, trayendo solución satisfactoria para casos considerados de difícil solución por métodos convencionales.
Tanto en el rostro como en el cuerpo y miembros, la Bioplastia puede ser utilizada en pacientes que hayan tenido pequeñas y grandes pérdidas de volumen por causa de deformidades faciales congénitas (consideradas como siendo todo defecto en la constitución de un órgano o conjunto de órganos que determine una anomalía morfológica estructural presente en el nacimiento debido a causa genética ambiental o mixta), de tumores o deformaciones adquiridas, de deformaciones por traumas y lesiones nerviosas de accidentes, de enfermedades infecciosas virales transmisibles como la poliomielitis y HIV/AIDS. En el caso de pacientes HIV positivos, algunos medicamentos y el propio virus pueden causar el defecto llamado lipodistrofia, en que las piernas, brazos, nalgas y rostro pierden gordura, quedando con aspecto “esquelético”. La pérdida de gordura en el rostro es el mayor problema para las personas afectadas, ya que el rostro es exhibido todo el tiempo.
La Bioplastia puede ser empleada para la corrección y/o tratamiento de:
- Secuelas de poliomielitis;
- Lipodistrofia en paciente HIV/AIDS;
- Hemiatrofia facial (Síndrome de Romberg);
- Disostosis cráneofacial (Síndrome de Crouzon);
- Exoftalmia;
- Pectus excavatum y Pectus carinatum;
- Labio leporino;
- Hipomentonismo y/o redefinición de la línea de la mandíbula pos-reabsorción ósea;
- Lipodistrofia parcial progresiva (Síndrome de Barraquer-Simons);
- Plexopatía braquial;
- Atrofia región tenar;
- Incontinencia urinaria y reflujo besico uretral;
- Parálisis de las cuerdas vocales;
- Reflujo gastroesofágico;
- Otros.